Mientras los países del continente europeo comenzaba a asentar las bases de la industrialización como forma de producción de bienes, España se encontraba rezagada debido a las medidas conservadoras y proteccionistas de la monarquía absoluta del siglo XIX, encabezada por el rey
Carlos IV, y apoyado por los ministros de la época como
Manuel Godoy o el
Conde de Floridablanca, este último nombrado ministro de Hacienda, llevando al reino de España a una de las crisis económicas más graves de la historia, principalmente por la deuda pública del estado, otros ministros, como
Ballesteros o
Cea Bermúdez, hacían perder el crédito extranjero con el fin de contentar a los sucesivos monarcas. Todos estos personajes basaron la práctica de su gobierno en torno al proteccionismo, que afectó a todos los ámbitos de la economía (sistema agrario, industrias textil y siderúrgica, comunicaciones nacionales,etc). Esta etapa del siglo XIX concluyó con el fracaso de la clase burguesa a la hora de llegar al poder, aunque consiguió una gran mejora de nivel de vida durante esta época, pero no supo aprovechar esa ventaja económica que tuvo con respecto al resto de estamentos sociales.
Sin embargo, ya comenzada la década de 1840, la productividad de algunas industrias del norte de España, como Cataluña y Pais Vasco, comenzó a aumentar con el paso de los años, más tarde estas dos regiones se convertirían en los pilares fundamentales de la industrialización española, este aumento de la productividad ocurrió gracias a los cambios de la política regional, que, entre otros motivos, consiguió estabilizar los desórdenes provocados por las medidas proteccionistas del gobierno.
No fue hasta 1850 cuando España comenzó a experimentar las primeras medidas del proceso industrial, en 1848 se inauguró l
a primera vía férrea en España. de Barcelona a Mataró, y en 1847, ya había más de 30000 telares y 10000 obreros trabajando en las industrias vascas y catalanas, a partir de esta fecha, este índice y otros más fueron en aumento.
Aunque el proceso industrial fue en aumento con el paso de los años, la diferencia entre España y las principales potencias europeas de la época era bastante notoria, mientras que España iba introduciéndose poco a poco en el sistema industrial, ya se habían sucedido varias revoluciones industriales o liberales en otros países del continente, como la
Revolución Francesa de 1789, o la
Revolución Belga de 1830, entre otros muchos movimientos. España no tuvo ningún levantamiento liberal que cambiara radicalmente la idea de industria en el país hasta 1868, con
La Gloriosa, que hizo sucumbir el poder monárquico de Isabel II.
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